…el piloto avisa que estamos por aterrizar, lo cual me alivia. El vuelo de Paris a Aberdeen City en Escocia, en un avión muy chico fue muy movido, no tengo recuerdo de un viaje con tanta turbulencia. Estoy cansado, entre vuelos y escalas llevo 22 hrs viajando. Como es de esperar, el cielo de Escocia está totalmente cubierto, y la neblina es omnipresente. Hoy duermo en Aberdeen, para encontrarme mañana en este mismo aeropuerto con el resto de los integrantes del viaje.
Salgo rápidamente del aeropuerto, aeropuerto chico como el viejo aeropuerto de carrasco. Que bueno, no hay cola para tomar taxi, así que saludo al taxista, pongo las maletas en la valija de un moderno BMW y me dirijo a tomar asiento. El taximetrista, con cara seria, voz fuerte, y con un inglés cerrado me pregunta “vos vas a manejar mi taxi?! “… recién entendí lo que me quiso decir, cuando abro la puerta del auto, me doy cuenta que el volante esta a la derecha, y estoy entrando por el lado incorrecto. Pido disculpas, y voy al asiento del copiloto. Le doy la dirección del hotel, y me quedo callado. La cara del taxista era de pocos amigos, y no podía descifrar si realmente estaba ofendido conmigo, o era un chiste que les hacía a todos. Quiero romper el hielo, e hice lo que hacemos en Uruguay, esa linda costumbre de hablar con el taxista, así que le cuento a que venía a Escocia.
Obviamente introduzco el Whisky en la charla, sé que con eso le saco una sonrisa. Su respuesta fue tan tajante como la del asiento.” No tomo Whisky, solo tomo Tequila…”. Bastante caliente con su repuesta, no abro más la boca en los 20 minutos que nos llevo llegar a destino. Mientras escribo esto, todavía sigo pensando si realmente este hombre no me estaría haciendo una broma, con ese típico humor Inglés. Nunca lo sabré.
Llegamos al Hotel Carmelite, baje mis valijas, le pague el viaje, y no le dije ni gracias. Un hotel en una esquina , todo de granito, una recepción armada en la barra del restaurant. Hago el check in. Un cuarto chico, pero lindo.
Abro las valijas y me doy cuenta que me olvide el cepillo de dientes… también me olvide de la cámara de fotos, pero si traje el trípode..! No puedo ser tan boludo. Doy vuelta toda la valija para ver si aparece la cámara. Ahí veo que la mitad de la ropa de la valija no lo iba a usar. Hay veces que me pregunto porque soy tan ejecutivo para algunas cosas, y tan limitado para otras ?…asumo que soy incapaz de hacer una valija como corresponde. Lo del cepillo tiene arreglo, pero lo de la cámara realmente me dejó de muy mal humor. Miraba el trípode y más me calentaba. Me olvidé de avisar a Uruguay que llegué bien, así que busco enchufes para a cargar el Cel. y la compu que no tienen nada de batería. Después de dar vuelta la habitación, me doy cuenta que los enchufes en escocia son lo diferente a todo. Atropellado como soy, rompo una de las fichas que tengo, queriendo meter la ficha en un enchufe que obviamente no era para eso. Me pregunto cómo puede ser que los organizadores del viaje, que nos habían dado instrucciones de todo, el clima, la ropa de abrigo, la ropa de gimnasia, de hasta qué color de zapatos usar en la noche de gala, no nos habían alertado con algo así. Es curioso, no soy una persona amigable con la tecnología, pero al darme cuenta que no tengo teléfono, computadora, o sea, cero comunicación con el mundo, me hizo entrar en un estado que ni yo podía explicar. Es increíble que la tecnología y la comunicación parezcan ser parte de nuestra vida en momentos así…!
Bajo a la recepción a pedir adaptadores, pero el hotel no tenía más adaptadores para prestar. Ya mi nivel de mal humor está en un punto máximo, y lo noto cuando casi mando a freír espárragos a la recepcionista. No me queda otra que salir a comprar un adaptador.No estuvo tan mal, porque me dio para recorrer un poco la ciudad de Aberdeen.Le llaman “la ciudad de granito”, y es correcto.
Todos los edificios y casas son de granito. Una ciudad de arquitectura estilo medieval, con gente muy educada, las gaviotas dan alegría a tan silenciosa ciudad, sin ruidos de bocinas, de motos ruidosas, o de gente hablando fuerte. Si tengo que hacer un diagnóstico psicológico del clima, lo defino como un clima bipolar, en hora y media de paseo, creo que llovió, salió el sol, y me envolvió la neblina unas 6 veces… La mañana llego rápidamente, ya que al rato estaba tirado en mi cama con un dolor de cabeza brutal y muy cansado. Tomo una pastilla para el dolor de cabeza, recién ahí entiendo lo que me pasa. No tome mate por 24 hrs. Debo confesar que soy adicto al mate, y como todas las adicciones, tiene sus consecuencias. La mía es el increíble dolor de cabeza que me genera. Por suerte, el cansancio me noqueó, y en 15 minutos me dormí…
No fue la alarma quien me despertó, sino que fueron las gaviotas que antes de las 6:30 am estaban en mi ventana avisándome que para ellas, ya era hora de levantarse. Cómo me gusta madrugar… las mañanas tempraneras tienen algo especial, hasta huelen diferente, y aunque no tenga nada que hacer, disfruto de levantarme temprano. Razón por la que hago caso a las gaviotas, y me voy desayunar. El mate me levanta el estado de ánimo, que debo reconocer esta medio pachucho. Mi viaje al aeropuerto es mejor que el de ayer, me senté de primera en el lugar correcto, y al taxista le encanta el whisky, de manera que con una charla sobre los diferentes whiskys de Johnnie Walker, llego a destino. Por suerte ya estaban los chilenos, tengo ganas de hablar español, y ésta es la oportunidad. Fueron llegando de a poco el resto de los integrantes, de Francia, de Sudáfrica, de Polonia, de Ucrania, etc así que una vez todos prontos, nos subimos a la van, y después de poco más de una hora de viaje llegamos al castillo, donde está la otra parte del equipo.
La llegada al castillo es impactante. Si bien había visto fotos, no puedo creer el lugar elegido para este encuentro. De un camino angosto y largo, un árbol rojo enorme similar a un ciruelo, no permite ver el castillo hasta que casi se esta arriba de el Castillo de Drummuir.
Cuando entro al castillo, lo primero que se me viene a la mente fue la Estancia de San Pedro de Timote. Si bien arquitectónicamente son cosas totalmente distintas, el interior, sus escaleras, estufas, la biblioteca, los muebles, tienen un parecido increíble.
La reunión de presentación es en la biblioteca. Somos 14 personas de diferentes partes del mundo. Lo único que tenemos en común, es que todos trabajamos para Diageo, y el objetivo de este encuentro, es adquirir los mejores conocimientos de los Whiskys de Johnnie Walker.
Formalmente dan por inagurado “The Johnnie Walker Journey”.
Nos asignaron nuestros cuartos, a mí me toca la habitación “Pórtico” en el primer piso. Un cuarto enorme decorado de época. Las dos torres a los costados de las ventanas me hacen dar cuenta que estoy en la parte delantera del castillo. Tengo media hora libre antes de empezar las clases, así que después de ordenar toda la ropa que nunca iba a usar, salgo a recorrer el castillo y sus jardines. Parezco un niño chico con chiche nuevo, deleitándome en cada lugar que veía. Un castillo con 20 habitaciones en suite, distribuidas en 3 plantas, salones enormes, una biblioteca con una mesa de billar inmensa, un comedor muy grande, ventanales que daban a los jardines del castillo…..era como estar en el Palacio de Versailles.
Son las 17:20! …no quiero llegar tarde a la primera clase fijada para las 17:30, así que subo corriendo las escaleras, agarro mi cuaderno de notas, y bajo a clase como niño en primer día de cole. Nuestra primera clase está dedicada a Johnnie Walker Red, Black y Double Black. Entre charlas, degustaciones y la magia del Brand Ambassador de Whiskys Escoces, la tarde se pasa volando. Se abre la puerta del salón, y un hombre interrumpe la clase de forma muy educada, y nos dice que la cena estaba servida, parecía ser el encargado del castillo. Ahí me doy cuenta que la costumbre es cenar temprano, porque son 19:17. Como me gustan los países en los que se cena tan temprano.
Más que nadie, yo ando como perro con dos colas, porque además de estar encantado con la degustación de whiskys, también me atrapa la gastronomía, y así fue…
Antes de comenzar a cenar, brindamos con un Johnnie Walker Platinum. El Brand Ambassador dio la nota de cata, y brindamos sabiendo que era el fin de la jornada educativa. Una cena muy amena, con mesas de 6 -8 personas, para que todos se puedan comunicar bien, no fue de esas cenas aburridas que solo podes hablar con quién está a tu izquierda o a tu derecha. Me sorprende ver como todos en mi mesa conocen Uruguay, pero más todavía cuando saben que tenemos un excelente cuadro de futbol, y un ídolo llamado Luis Suarez.
Entre bromas y presentaciones, termino la cena y nos vamos a hacer la sobremesa a la biblioteca. La biblioteca tiene un bar, con casi todas las bebidas de Diageo, y con una variedad de Blended y Single Malts como no había visto nunca en mi vida. Los profesores se despiden, y nos comunican que todo lo que hay en ese bar, es para nosotros, que podíamos degustar lo que quisiéramos. Solo servirme un single malt de 20 años de la zona de Speyside, me hizo reaccionar que no estaba soñando. Me quedo jugando al billar un rato, charlando con unos y con otros, y me voy a dormir, porque la orden era presentarnos a las 6:50 am frente a la puerta del castillo con ropa de deporte.
La media hora de gimnasia, me hizo dar cuenta que lo primero que tengo que hacer cuando vuelva a Montevideo, es empezar a salir a correr con mis amigos Diego Tosar Y Pablo Alsina, que son amantes de este deporte, y salir a andar en bici con Gustavo Palabes. Subí las escaleras corriendo a darme una ducha, con la lengua afuera, y un corazón que parecía que se me salía del cuerpo. Mi agotamiento refleja que mi estado físico es lamentable.
Mientras bajo la escalera con mi mate y termo en mano, identifico diferentes aromas a comida. El del bacon, pescado, tostadas, café,… y a medida que me acerco al comedor veo lo que nos esperaba. Me olvido inmediatamente de mi estado físico y mis kilos de más… los quesos franceses, el salmón ahumado, los huevos revueltos, el bacon y las salchichas me alegraron la mañana. Es curioso. Durante todo el año mi único desayuno es el mate, no como ni siquiera una galletita, pero es caer en estos viajes, y desayuno como si se terminara el mundo! Patético no?
A las 9:25 am, estamos todos afuera, y las 5 Land Rover Discovery de color verde ingles nos esperan para irnos a conocer la fuente de agua de una de las más importantes de las 28 destilerías de Diageo. Cardhu. El agua es uno de los tantos elementos para un buen Whisky, así que ahí vamos….
De camino a las montañas, algo me llama poderosamente la atención por segunda vez. Porque las vacas en Escocia están todas juntas? Tienen campos enormes como los nuestros, pero estas vacas se quedan todas juntas, tanto si están paradas, o si están echadas. Mi cabeza vuela buscando hipótesis para tal comportamiento, y sin más ya estábamos en nuestro destino.
Como nos pidieron que nos pongamos botas de lluvia, supongo que la interminable caminata por la montaña, nos llevara a un rio rocoso entre las montañas. Para mi sorpresa, ese rio se transformó en una boca de cañería, que claro está, esa cañería tenía una profundidad que largaba un agua fresca, fría, cristalina y deliciosa. Es raro decir que un agua puede ser deliciosa, pero esta lo es. Lo bueno es que las copas que sacaron no son solo para degustar el agua…De un bolso salen botellas de JW Double Black. Entre pinos, rocas ,praderas verdes, y un aire puro y con aroma a vida, hacemos una degustación con increíble nota de cata por parte del gerente de la destilería Cardhu, y del Brand Ambassador de Whiskys Escoces. No tiene desperdicio…
Próximo destino…? Conocer la destilería , los procesos de fermentación y de destilación de Destilería Cardhu. La pasión con la que nos cuenta cada proceso el gerentede Cardhu era increíble. Su vida y su mayor pasión están dentro de esos alambiques de cobre gigantes. Si bien hice la carrera de Sommelier en la Facultad de Química en el año 2007, y ya había tenido clases de whisky, vuelvo a sorprenderme de cómo puede ser que de granos de cebada, maceración, secado, fermentación, y destilación, se obtiene esepuro de 70 grados, que después de añejamiento en barricas de roble, y el Know How secreto de cada destilería, se obtienen esos whiskys. Mi cara volvió a ser la de un niño deslumbrado y feliz por lo que estaba viendo.
Voy muy callado en el auto de vuelta al castillo. Mirando por la ventana y pensando en todo lo que vi y estoy impactado. Las vacas juntas volvieron a bajarme a tierra, hasta que no tengo más remedio que preguntar a todos los integrantes del auto, porque las vacas en escocia están juntas. Las carcajadas de todos rompieron el silencio del momento, y no pueden creer lo que estoy preguntando. Ya más en serio, explico que en mi país las vacas andan sueltas por todos lados, y en realidad no solo no me pueden contestar la pregunta, sino que además dicen que no lo habían notado.
Al llegar al castillo nos espera una sorpresa. Cascos, guantes y arneses dejan claro que nos vamos a escalar a algún lado. Sin embargo mi sorpresa es grata. No vamos a escalar nada, sino que subimos a la parte más alta del castillo, y el desafío es bajarlo por la cuerda.
Nunca hice algo así, y debo reconocer que en los primero metros, me tiembla hasta la medula espinal!!…cuando entiendo como es, la segunda mitad del la travesia, la bajo saltando y soltando la cuerda. Me siento como actor de película bajando por un rascacielos…fue genial.
Vamos bajando de a dos, y en el fondo del jardín hay una mesa grande, y esta el personal del castillo esperándonos con unos bocaditos y JW Gold Label Reserve, con hielo frappe y una rodaja de naranja. Too much !…la realidad es que cada hora que pasa hay un momento mejor que el anterior. Brindo por este este día, tengo claro que todavía lo mejor esta por venir….
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